Ayer nos fuimos de despedida, y es que ya nos queda muy poco de estar en Múnich, y eso junto con la Oktoberfest de la semana que viene, donde tendremos que echar alguna que otra hora extra, nos llevó a organizar ayer una cena. Sobre todo para agradecerle a Paco la posibilidad que nos da año tras año de poder venir a Múnich a hacer unas prácticas.
Así que lo primero que hicimos después de salir del trabajo fue ir a buscar unos regalillos para Paco, para no ir con las manos vacías. Fuimos a la zona de Gírtnerplatz, por donde vive Alberto y hay un comercio, que se podría definir como «bohemio», allí encontramos una tienda de camisetas con logotipos un poco fuera de lo común, y donde tras deliberar un poco, nos decidimos por comprar una.
Como nos parecía poco, nos fuimos a la librería de Marienplatz, y allí estuvimos dando una vuelta, hasta que al final compramos un mapa de Argentina y un libro con los 1000 sitios que hay que visitar en la vida (inexplicablemente no venía Martos, seguro que no es tan bueno el libro…)
Y como era temprano nos dividmos en dos grupos: Uno para ir al H&M a comprar «trapos», y otro a casa de Alberto para ir haciendo tiempo mientras daban las nueve.
La cena fue en el «Tassilo Garten«, donde ya se ha hecho otros años.
La carta, muy interesante, hamburguesas tamaño gigantes, y para mí, unas chuletas de cordero, que ricas…
Y por supuesto, le dimos a Paco los regalos, le dimos las gracias y hablamos de muchas cosas, nuestra primera experiencia en Múnich, a cual peor… sobre la empresa, sobre los compañeros, y sobre muchas cosas.
En fin, parece que fue ayer cuando hicimos la otra cena de despedida, y ya han pasado dos años, algunas caras permanecen (la de un servidor, la de Paco y la de Alberto), y otras muchas han cambiado.
Y como el otro día, Fernando también se me ha adelantado para contarlo.
21 septiembre, 2007
por admin
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