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Blog personal de José Ramón Martínez Pérez.

10 octubre, 2013
por admin
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Argo

Cartel de la película
Ayer aproveché un hueco para ver «Argo«, la ganadora del Óscar a la mejor película del 2012, protagonizada, dirigida y co-producida por Ben Affleck
Se desarrolla durante la crisis de los rehenes el la embajada estadounidense en Irán durante la revolución contra el Sha en 1979. Inpisrada en hechos reales, vemos como en los primeros momentos una turba de encolerizados radicales se manifiestan contra Estados Unidos, quemando banderas y exigiendo el retorno del depuesto Sha de Persia para ser juzgado; ante la negativa del gobierno estadounidense, a devolver al Sha, en una escalada de violencia los islamistas terminan por tomar la embajada de los Estados Unidos.
Ante todo el desbarajuste que se viven en los primeros momentos, los funcionarios intentan destruir toda información sensibles: documentos, ordenadores, planchas de documentos, pero los soldados estadounidenses se ven desbordados ante la marea humana por lo que los toman prisioneros antes de que puedan reaccionar.
Todos salvo seis funcionarios que consiguen salir a una calle secundaria y esconderse en la residencia del embajador de Canadá. Rápidamente en Washington inician una operación de rescate antes de los radicales los encuentren y los juzguen como espías. El agente de la CIA Tony Méndez (Ben Affleck) de origen hispano, es el encargado de montar la operación; después de convencer al Departamento de Estado de que su plan es el menos mal de todos los propuestos: Pasar a los funcionarios por miembros de un equipo de rodaje y sacarlos por el aeropuerto de Teherán.
Para ello el agente Méndez viaja hasta Hollywood donde convence a un par de conocidos para montar una película fictícia «Argo», de Ciencia Ficción y ambientada en Oriente Medio con la que poder montar la tapadera. Como todas las películas de Hollywood donde se muestra la industria del cine desde dentro, tenemos ocasión de comprobar las extrañas burocracias y relaciones existentes entre productores, guionistas, actores, directores,…
Finalmente con su tapadera bien cerrada, Tony emprende viaje a Turquía e Irán para intentar cumplir su cometido.
Una película entretenida, quizás algo sobrevalorada como para darle el Óscar, pero desde luego interesante por el trasfondo histórico de la película y que parece que tampoco ha cambiado 34 años después.