Aprovechando este fin de semana estuve viendo «Sed de Mal«, película recomendada por Roberto en la boda de Jesús; normal que saliera el cine como tema de conversación, entre tanto aficionado al séptimo arte.
Dirigida por Orson Welles en 1958 y protagonizada por Orson Welles y Charlton Heston, comenzando por un grandioso plano secuencia en el que vemos al joven y recien casado detective Vargas (Heston), policía mexicano, que al cruzar la frontera con los Estados Unidos es testigo de la explosión de un coche; en breves momentos aparecen las autoridades estadounidenses para hacerse cargo de la investigación; recayendo ésta en Hank Quinlan (Welles); momento en el que Susan Vargas (Janet Leigh) es retenida momentáneamente por unos mafiosos fronterizos: Los «Grande».
Comenzando la investigación, en la que Vargas colabora con Quinlan, cruzando una y otra vez la frontera, buscando pistas en ambos lados; Vargas comprueba como Quinlan crea pruebas falsas para inculpar al que piensa que es el culpable; Vargas decide iniciar una investigación paralela, cuando el mafioso Grande convence a Quinlan para asociarse y desprestigiar a Vargas, implicándolo en un asunto de tráfico de drogas para que todos salgan ganando: Grande en sus delitos anteriores y Quinlan en sus tejemanejes.
Increíble película del cine negro estadounidense, con unos primeros planos, secuencias y encuadres muy modernos para la película; jugando mucho con los claroscuros, una película indispensable para cualquier cinéfilo.